En el ámbito sanitario también son
muy usadas, tanto en atención primaria como en el hospital. Un ejemplo es que
todos los datos de los pacientes se introducen en una base de datos, lo que nos
ayuda a buscar más rápido historiales clínicos, ya que solo necesitaremos una búsqueda.
Además, nos evita tener salas reservadas para ficheros ya que todo está en la
nube y evita también pérdidas de información, ya que perder o traspapelar un papel
es muy fácil pero de esta manera es más difícil confundirse o perder datos. Otro ejemplo es que gracias a la tecnología se pueden hacer pruebas más específicas y fiables de una forma rápida y que nos ayudan a la hora de hacer el diagnóstico de un paciente.
Si bien es cierto que Internet nos
ayuda en muchas cosas, tanto a estudiantes y sanitarios, que pueden buscar e informarse a
través de páginas web, como a pacientes que pueden buscar en Internet para hacerse una idea de cual
es su enfermedad, de que trata, si más personas la padecen… no siempre es totalmente
fiable, sobre todo en este último caso, el de pacientes que buscan información, ya que no todas las páginas tiene una base científica y sanitaria y
además, la mayoría de las veces se exagera mucho o nos da malos diagnósticos. Por
eso desde aquí recomendamos que, aunque Internet parezca que tiene la solución
a todo, siempre, en caso de enfermedad o dolor, debemos acudir al médico.
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